El cultivo protegido, que utiliza invernaderos para crear ambientes más favorables para la siembra de diferentes cultivos, puede aplicarse muy bien en el campo de la floricultura. Las estructuras de los invernaderos se pueden adaptar a las necesidades de cada tipo de flor, protegiéndolas de los eventos y climas de la naturaleza. De esta forma se generan flores más sanas y hermosas, con mayor rentabilidad para el productor.
Según Guga Ríos, gerente comercial de Tropical Estufas, una de las mayores ventajas de sembrar flores en cultivo protegido es que las condiciones climáticas y ambientales de la región no perjudiquen el cultivo. Por ejemplo, es posible sembrar variedades que necesitan humedad en regiones secas, además de evitar plagas y enfermedades. “Así hay mayor productividad, ya que los invernaderos reducen significativamente las pérdidas de producción”, explica.
El cultivo protegido facilita, por ejemplo, la floración de las plantas en épocas concretas, permitiendo la productividad durante todo el año, o incluso en épocas adecuadas para la venta en épocas de mayor demanda. Los invernaderos también aceleran los procesos fisiológicos de las plantas, ya que las plantas serán menos susceptibles a los obstáculos naturales que dificultan su floración.
Para que los invernaderos funcionen correctamente, Guga informa que es necesario conocer bien las necesidades de cada planta. “El productor necesita conocer las medidas exactas de luminosidad, temperatura, fotoperíodo, entre otras. Puede ser necesario instalar sistemas de enfriamiento (Pad Fan), calentadores o cortinas en los costados”, dice. El profesional explica que los crisantemos, por ejemplo, necesitan un fotoperiodo más corto. “En los invernaderos es posible realizar un sistema de sombreado que oscurece todo el ambiente”.
Todavía necesita saber en qué época del año hay demanda para cada tipo de flor (como rosas en el Día de la Madre) y dónde se realizará la venta. Según Guga, las flores más cultivadas en invernaderos son orquídeas, rosas, crisantemos, anturios, gerberas, gipsofilas, lirios, lisianthus y alstroemeria. “Descubrimos que en algunos casos solo era posible producir ciertos tipos de plantas a partir del cultivo en un entorno protegido”, concluye.