Para todos aquellos que tenemos huerto en casa o queremos empezar… Sabemos que lo ideal es poder utilizar nuestras propias cosechas, comer de temporada y sobre todo, estar seguros de que se trata de un cultivo 100% ecológico sin productos dañinos para nuestro huerto ni nuestra salud.
Pero esto no es nada fácil. Y no lo es por varias razones: en primer lugar, debemos dedicarle su tiempo, además los tratamientos ecológicos se emplean principalmente como método de prevención, no como control o eliminación de plagas; por último, existe otro inconveniente y es la desinformación que existe sobre este tipo de métodos o productos y el fomento que existe para consumir productos “no ecológicos».
¿Qué es un tratamiento ecológico para plantas?
Un tratamiento ecológico no es otra cosa que aquel que permite prevenir, controlar y eliminar plagas y/o enfermedades en nuestros cultivos de una forma natural y totalmente sostenible, sin alterar de forma negativa las propiedades de las plantas o nuestra salud.
Un tratamiento ecológico debe cumplir los siguientes requisitos:
- Toxicidad: No debe ser tóxico para personas y animales. Nuestra idea es consumir ese producto, por lo que, ¿qué sentido tiene emplear tóxicos en nuestra propia comida? Por otra parte, antes de consumirlo, vas a manipularlo, vas a estar en contacto con esas plantas, árboles, etc. y si tienes mascota, va a ser complicado que no meta el hocico… por lo que, debemos descartar todos los productos que provoquen irritación, o cualquier tipo de toxicidad.
- Periodo de seguridad: No debe tener periodo de seguridad. La mayoría de tratamientos de origen sintético vienen con un periodo de seguridad indicado desde que aplicas el producto hasta que se puede consumir.
- Resistencias:los insectos, hongos, bacterias, etc. desarrollan resistencias a los tratamientos. ¿Esto qué es? Que “aprenden” a combatirlos y se hacen inmunes, es decir, que no conseguiríamos el efecto deseado. Para evitar esto debemos emplear productos que actúen por contacto.
Aún así, existe una gran variedad de productos ecológicos y a veces se puede hacer difícil saber cuál elegir. Para simplificarlo un poco os los vamos a clasificar según el tipo de tratamiento:
Fungicida:
- Cola de caballo: se trata de uno de los fungicidas ecológicos más conocidos por su efectividad en la agricultura ecológica contra hongos como el oídio, el mildiu, la roya, la antracnosis, etc. Se aplica de forma preventiva una vez a la semana. Refuerza el sistema inmune de la planta e impide el ataque de bacterias y hongos.
Insecticida:
- Aceite de neem: proviene directamente del árbol de neem. se trata de un insecticida ecológico ampliamente utilizado por su versatilidad y facilidad de empleo. Sirve como tratamiento preventivo, se puede aplicar directamente sobre los insectos o añadiendolo al agua de riego.
- Solución potásica. se trata de un tratamiento que actúa por contacto y tiene un efecto rápido matando al insecto por asfixia. Además al degradarse aporta a las plantas nutrientes que puede aprovechar. Puede emplearse en todo tipo de cultivos.
- Tierra de diatomeas: a base de fósiles de diatomeas, que son algas fósiles con un alto contenido en zinc y otros minerales. Actúa como control y prevención de plagas de insectos a la vez que como fertilizante para el suelo.
Fertilizante:
- Humus de lombriz: se trata de un abono orgánico de una excelente calidad, procesado por lombrices de California. Este producto es muy rico en nutrientes fácilmente asimilables para las plantas. No produce malos olores y proporciona propiedades muy favorables a la estructura del suelo aportando así aireación, aumentando la capacidad de asimilación tanto de agua como de nutrientes, etc.
- Fertilizante ecológico: se trata de un complejo nutritivo 100% ecológico y natural compuesto a base de remolacha y caña de azúcar. presenta una alta proporción de materia orgánica, aminoácidos y demás nutrientes asimilables por las plantas. Se puede emplear en todo tipo de cultivo.
Trampas:
Otra opción muy viable para el control de plagas es el trampeo ecológico. Nos va a permitir regular la población de insectos perjudiciales para nuestros cultivos y reducir el uso de productos dañinos como insecticidas sintéticos, incluso vamos a poder reducir el uso de insecticidas ecológicos, aunque, es aconsejable emplearlos conjuntamente como método de prevención de plagas.