El magnolio es uno de los árboles más bellos y espectaculares que existen, hasta el punto de ser considerado en el mundo de la jardinería como “el rey del jardín”. Y te encantará saber que podrás cultivarlo en tu jardín.
El árbol magnolio es de crecimiento lento, que crece poco a poco, pero que con el tiempo puede llegar a alcanzar los 30 metros de altura. Eso sí, para ello deberán pasar muchos años.
De uso principalmente ornamental, dará un salto de calidad a la decoración de tu jardín, y por ello a continuación te vamos a dar las claves para cultivar y cuidar el magnolio.
¿Cómo plantar correctamente el magnolio
Dado su naturaleza y lento crecimiento, la multiplicación por semilla es muy complicada, por ello, los expertos recomiendan plantar el magnolio mediante esquejes, ya que de esta forma la multiplicación será mucho más rápida, pudiendo florecer en cinco años aproximadamente.
Para reproducir el árbol magnolio por estaquillas es necesario un potenciador del enraizamiento, aunque también podrían utilizarse los acodos, dado que a principios de primavera podrán acordarse ramas de uno o dos años.
En caso de querer plantar el magnolio mediante semillas, debes tener en cuenta el porcentaje de germinación es del 50%. Asimismo, las semillas necesitan unas condiciones frigoríficas de entre 0 y 4 grados, y cuentan con una cubierta muy resistente de color rojo que hay que eliminar antes de la siembra.
Condiciones favorables para el cuidado del magnolio
·Suelo ácido:
El magnolio necesita suelos ácidos, por lo que deberás corregir el pH del terreno y adaptarlo a sus características, aumentando el aporte de materia orgánica, lo que además favorecerá el drenaje.
·Temperatura:
El magnolio es un árbol de climas cálidos, aunque resiste bien el frío, siempre que no se alcancen temperaturas excesivamente bajas. Es importante protegerlo tanto del viento como de las heladas.
·Luz:
Este árbol necesita y agradece el sol, aunque puede crecer sin problemas en lugares con semi-sombra.
·Riego:
En cuanto al riego, es importante mantener el suelo húmedo, sin llegar a producir charcos. Con dos veces a la semana en invierno será suficiente, aumentando la frecuencia a tres o cuatro veces durante el verano.
La poda del magnolio
Por sus características, la poda del magnolio no solo es innecesaria, sino que además puede ser contraproducente para el árbol.
Si lo deseas, puedes podar el magnolio para acabar ramas inferiores que estén secas o se crucen entre sí, dejando que estas se concentren en la parte superior del árbol, así como para darle forma. En cualquier caso, la poda no es imprescindible ni mucho menos.
Y en caso de querer podarlo, debe ser una poda ligera, una vez al año como mucho, utilizando unas tijeras adecuadas. Lo más recomendable sería contratar los servicios de un jardinero profesional.
Por último, las plagas del magnolio son prácticamente inexistentes, más allá de ataques puntuales que pueda recibir el pulgón, los cuales no deberían ser preocupantes, ya que se trata de un árbol altamente resistente.
Fuentes de interés:
https://www.uv.mx/cienciahombre/revistae/vol23num3/articulos/magnolia/index.html