Los pulgones o áfidos son una de las plagas más comunes, tanto en huertos como en jardines con plantas ornamentales, por su gran capacidad de adaptación y propagación. Existen varias especies siendo las más comunes…
- Pulgón verde, presente en alcachofas, guisantes, judías y fresas.
- Pulgón gris de las coles.
- Pulgón negro de las habas.
- Pulgón amarillo de los fresales.
Es un consumidor incansable de Nitrógeno, que consigue succionando la savia de una amplia variedad de plantas huéspedes, prefiriendo los brotes más tiernos por la mayor concentración de nitrógeno. Al ser chupador, también facilita la entrada de virus, que pueden desencadenar una virosis por el estado débil de la planta.
El exceso de azúcares y agua que obtiene de la savia los excreta en forma de melaza, de la que se alimentan socios como las hormigas. Este buffet self-service es recompensando por las hormigas con un servicio de seguridad, protegiendo al pulgón de otros insectos que los depredan, y con un servicio de transporte en busca de nuevos suculentos brotes.
Si has sufrido alguna vez una plaga de pulgón habrás observado que en poco tiempo se han extendido por toda la planta. Esto se debe a que siguen un perfecto protocolo de colonización. Al principio todos los individuos son hembras sin alas que se reproducen asexualmente, por lo que en un semana cada una puede tener hasta 150 crías, cuando el recurso empieza a escasear aparecen las primeras hembras con alas para trasladarse a otras zonas, y cuando finalmente cambian las condiciones meteorológicas favorables, aparecen machos y hembras para reproducirse sexualmente y poner huevos, que aguantarán de forma latente hasta que de nuevo las condiciones sean las adecuadas.
¿Cómo reconocer que tengo una plaga de pulgón?
Los pulgones no es que sean muy discretos, son fáciles de ver formando como una especie de masa adherida a los tallos más tiernos, en los que las hojas se arrugan y retuercen.
Pero, además, la presencia de sus socios también los delata, ya sea por la abundancia de hormigas o por la aparición de negrilla en las hojas, un tipo de hongo, las fumaginas, que también se aprovechan de la melaza y cubren de negro tallos y hojas, impidiendo una correcta fotosíntesis y debilitando la planta.
¿Qué puedo hacer?
Ahora que conoces un poco la biología y comportamiento de los pulgones puedes adivinar algunas prácticas que te evitarán problemas con ellos.
- Vigilar la presencia de hormigas, porque puede que en sus hormigueros mantengan colonias de pulgones que saquen a pastar sobre nuestras hortalizas, cual ganado, al llegar la primavera. Durante esta época hay que tener especialmente cuidado, ya que el crecimiento de la planta es muy rápido por lo que contiene grandes cantidades de nitrógenos y resulta más apetecible para el pulgón.
- No abusar de los abonos nitrogenados.
- Tener un huerto biodiverso, compuesto por plantas aromáticas que repelen los pulgones y otras que albergan a algunos de los enemigos naturales del pulgón como mariquitas, tijeretas o crisopas. Aunque, también podemos atraer estos insectos habilitando refugios donde guarecerse en las épocas más adversas.
- Añadir a la planta un reforzante como el purín de ortigas, que dinamizará la salvia haciéndola menos apetecible para el pulgón.
En caso de que ya tengamos el pulgón en nuestras plantas, son varias las medidas a tomar en función de la gravedad de la plaga:
- Arrancar y quemar las plantas más afectadas.
- Pulverizar con agua templada a presión para quitarlos de la planta.
- Pulverizar con un mojante como el jabón potásico (100 g/10 l de agua). En caso de ataque más importante se puede combinar con la aplicación de insecticidas naturales como el aceite de neem.
Pero recuerda, antes de aplicar cualquier medida considera si realmente por la cantidad y el daño que causan en tu huerto tienes una plaga o simplemente unos habitantes más de tu huerto, que en tal caso puedes respetar.