Compostar consiste en transformar los restos orgánicos del huerto, jardín o de la cocina en compost, material rico en microorganismos y nutrientes que va a fertilizar el suelo donde se desarrollan nuestras plantas.
Se trata de un ejercicio de reciclaje de la materia orgánica que se puede realizar en el ámbito doméstico, reduciendo mucho nuestros residuos finales, ya que el 40% de la bolsa de basura de cualquier hogar suele ser orgánico.
Además, es una actividad muy interesante desde el punto de vista educativo para nuestros hijos y una forma de cerrar el ciclo de la materia y la energía en nuestro huerto urbano. Por todo ello, recomendamos a los usuarios de huerto urbano, quizás a aquellos que ya tienen cierta experiencia, la realización de compost como una experiencia de sostenibilidad muy enriquecedora.
Si estamos decididos a compostar tenemos 2 opciones: el compostaje o el vermicompostaje
¿Cuándo es más adecuado compostar?
- Cuando generamos una gran cantidad de residuos; es el caso de casas con jardín o huerto en terreno. En estos casos vamos a producir tanto material seco, rico en Carbono (hojas y ramas) como material húmedo, rico en Nitrógeno (restos de poda, de la cocina, del césped etc…), en cantidades suficientes para llevar a cabo el compostaje.
- Cuando disponemos de espacio suficiente.
¿Cuándo es más adecuado el vermicompostaje?
- Cuando generamos menos residuos. Sobre todo en huertos urbanos de terraza o balcón, donde no se genera mucho resto de poda. En estos casos, realizaremos nuestro vermicompost a partir de restos de cocina fundamentalmente.
- Cuando disponemos de poco espacio para realizar esta función.
Finalmente, si disponemos de espacio, tiempo y queremos obtener un producto de la máxima calidad, nos podemos plantear incluso combinar ambos procesos. De esta forma, primero realizaríamos un proceso de compostaje de nuestros residuos y el compost resultante, lo utilizaríamos en el vermicompostador, consiguiendo una mayor estabilización de la materia orgánica, así como mejores propiedades fertilizantes.
En cualquier caso, el resultado será un compost doméstico que utilizaremos para fertilizar nuestro huerto, mejorando la vida microbiana del suelo, aportando los nutrientes que necesitan nuestros cultivos y cerrando el ciclo de materia y energía de nuestro huerto.