El trasplante de las plantas a su lugar definitivo es una tarea importante en nuestro proceso de cultivo. Al cabo de un mes de haber realizado la siembra en semilleros, las plantas ya suelen tener un tamaño apropiado para ser trasplantadas al huerto.
En este vídeo os damos algunos consejos para realizar
este proceso de la mejor manera posible.
Hay algunas variables que debemos determinar antes del trasplante: el tamaño de las macetas o jardineras que utilizaremos para cada variedad, la separación entre plantas e incluso cuáles debemos situar junto a otras si comparten el mismo espacio en una mesa de cultivo o en el suelo.
El
espacio mínimo para cada planta
Esto dependerá del tamaño del plantel, pero debemos pensar que nuestro
deseo es que esa planta se desarrolle correctamente y alcance sin
problemas el tamaño necesario para poder ser cosechada.
En huertos en el suelo, deberíamos guiarnos por los marcos de
plantación, que no son otra cosa que las medidas de separación
entre plantas y entre hileras del mismo cultivo.
Así
veremos que, en el caso de las tomateras, unos 50 cm entre plantas y
un metro y medio de una hilera a otra debería ser más que
suficiente para la mayoría de variedades.
En
macetas, la cosa es bastante distinta. Al tratarse de un recipiente,
nos guiamos por el volumen mínimo recomendado, que en las tomateras
es de unos 20 litros. ¿Que es mucho? Sí que lo es, teniendo en
cuenta que se trata de una sola planta. Pero el éxito del cultivo
depende de que pueda desarrollarse, crecer, y tener fuerza suficiente
para florecer y producir frutos.
Darle
menos espacio o cultivar más de una planta en el mismo recipiente se
traduce en menos nutrientes para cada una de ellas. Por lo que su correcto desarrollo se puede ver comprometido.
La
rotación de cultivos
Al
final del vídeo os apuntábamos la necesidad de no cultivar las
mismas plantas en el mismo espacio cada temporada. El motivo es
sencillo: por un lado, cada planta extrae del suelo una serie de
nutrientes concretos, en distintos porcentajes. Y aunque antes de
empezar a cultivar añadamos abono, en años venideros podemos
empezar a sufrir las consecuencias del agotamiento de algunos de
ellos. Suelen ser carencias concretas de elementos que van a ser
difíciles de determinar si no realizamos un análisis del suelo
(algo que, por otra parte, no es algo tan extraño, aunque poco
habitual en huertos de autoconsumo). En este artículo, explicaba para qué sirve cada nutriente.
Por
otro lado, están las plagas (algunas de ellas especializadas en
determinadas hortalizas), que se encontrarán la mesa puesta en el
mismo lugar donde el año pasado crecieron y se reprodujeron. Digamos
que, si tienen que desplazarse unos metros más allá para dar con
los tomates, les estamos poniendo las cosas
un
poquito
más difícil, ¿no os parece?
En
macetas, podemos proceder del mismo modo si las numeramos (en la base
o a un lado, por ejemplo, con un rotulador permanente). Ello nos
obligará a llevar un cuaderno de siembras que, personalmente,
considero de gran utilidad. Es interesante ir anotando la evolución
de la planta desde la siembra y añadiendo detalles como, por
ejemplo, temperaturas, pluviometrías, días sin sol, momento del
trasplante, condiciones climatológicas a partir de ese momento,
plagas y/o aplicación de preventivos o curativos, abonado…
¿Parece
complicado? Pues no lo es; al contrario: es uno de los hábitos más
relajantes que podemos empezar a practicar durante nuestras visitas
al huerto para regar o para pasar revista a las plantas. Tenemos
tantas cosas en la cabeza que nos ayudará a programar el huerto el
año que viene, a realizar algunos cambios como probar con macetas
mayores o menores, a probar otros fertilizantes de mantenimiento, o a
aplicar preventivos en función del clima.
Tenéis
una entrada fantástica sobre rotación de cultivos en Planeta
Huerto, donde os quedará todo mucho más claro.
Plantas
amigas
Otro
tipo de asociación de cultivo es entre plantas que se benefician de
estar colocadas unas cerca de otras. Puede que ya conozcáis algunas
de estas asociaciones, como la de la albahaca (que ahuyenta el
pulgón) cerca de los tomates. No es necesario llenar el huerto de
ellas: con una a cada punta de la hilera será más que suficiente.
Si cultiváis en macetas, es ideal emplazar una más pequeña cerca
de ellos, evitando que compartan la misma.
Otra
muy habitual es la de puerro y zanahoria: ahuyentan mutuamente las
moscas que afectan al otro cultivo.
De
todos modos, creo que un buen consejo es no agobiarse con todo esto
de las rotaciones, asociaciones y demás durante el primer año de
huerto. Quizás es mucha información que asimilar, y podremos ir
aplicándola poco a poco, conforme todos los conceptos se vayan
clarificando.
Aquí tenéis algunas de las semillas que podéis adquirir en la web de Planeta Huerto.
Esperamos
poder seguir haciéndolo en próximos vídeos y artículos. ¡Nos
vemos en el próximo!