Tengo césped y llega el otoño ¿qué hago?. Este es uno de los comentarios más comunes cuando llega septiembre, y es una preocupación más que justificada. ¿Sabías que es precisamente en esta estación del año cuando el césped necesita más cuidados y nutrientes?
Esto se debe a varios motivos. El primero es que tras el verano, está muy castigado, tanto por el exceso de calor como por las acciones a las que le hemos sometido (las constantes siegas, un pisado continuo…). Pero además, otra de las razones fundamentales es que debemos preparar el césped ante la llegada del invierno y pueda soportar las embestidas del frío.
Lo recomendable es llevar a cabo una serie de labores de mantenimiento que serán cruciales durante esta época de transición. No solo a nivel estético, sino que tienen otro objetivo fundamental: cuidar de la salud de nuestro jardín. El fin es que se recupere y se nutra, dos acciones que influyen directamente en su estado durante el resto del año.
Los 5 consejos esenciales para el cuidado del césped en la época otoñal
Si quieres preparar tu jardín ante las primeras bajadas de temperatura, toma nota de estas pautas:
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Retira las hojas
Una alfombra de coloridas hojas otoñales quizás quede bonita, pero no es adecuada para el mantenimiento del césped. Por ello, el primer paso es permitir que se oxigene, y para ello es fundamental retirar las hojas y eliminar las impurezas que se han acumulado durante el verano.
Así, le podremos aportar la capacidad de respirar mejor y de recibir más luz. Para ello, podemos optar por un rastrillo o bien escarificar el césped.
Las malas hierbas son también un enemigo del césped en otoño, ya que le robarán energía y nutrientes. Además de arrancarlas, es recomendable aplicar un herbicida específico para evitar que rebroten.
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Continúa segando y cortando
Aún no guardes la segadora de césped: la hierba continúa creciendo hasta la primera helada fuerte, así que necesitará de un podado regular para mantenerla entre los 6 y 8 centímetros.
Si dejas el césped muy largo, será vulnerable a hongos y al moho de nieve. Pero tampoco lo cortes demasiado, ya que reducirás mucho el sistema radicular (la profundidad de la raíz es proporcional a la altura de corte) y esto impedirá que sea incapaz de resistir el frío y la sequedad del invierno.
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Sigue regando
Muchas personas creen que no es necesario regar el césped en esta estación, ya que comienzan las lluvias y el frío. Y si bien es cierto que en esta época llueve más, comienza el rocío y hay menos evaporación, en muchos casos esto no es suficiente para mantener las raíces del césped bien hidratadas y saludables para afrontar el invierno.
Si tu jardín no está recibiendo al menos 30 mm de agua a la semana, entonces deberás mantener los aspersores o el sistema de riego en funcionamiento hasta finales de otoño. Eso sí, cuando este finalice, desconecta las mangueras y libera el agua del sistema de riego para evitar que se congelen las tuberías y los grifos.
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Oxigena el suelo
Airear el césped es fundamental, y esta estación del año es el momento más idóneo para hacerlo. Esta acción, que consiste en realizar pequeñas incisiones de entre 7 y 10 cm en el terreno, permite que el oxígeno llegue hasta las raíces del césped, permitiéndolas que estas absorban más nutrientes.
También es importante para romper la compactación del terreno, es decir, para evitar que la tierra se vuelva compacta y tenga una capa gruesa de raíces, tallos, piedras e impurezas que impidan que el agua, el oxígeno y los nutrientes lleguen correctamente al suelo.
El otoño es la mejor época para hacerlo, ya que debemos tener en cuenta que el agua invernal y el frío son dos elementos que apelmazan mucho el terreno, por lo que hacerlo cuando está más suelto será más sencillo y evitaremos su compactación en gran medida.
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No te olvides del abono y los fertilizantes
El aireado presenta una última ventaja: su acción está ligada a una las tareas fundamentales de esta época: abonar. Gracias a los agujeros que hemos hecho en el terreno, el fertilizante que apliquemos en otoño penetrará y nutrirá mejor las raíces del césped.
Por lo tanto, gracias al abono, estaremos aportando a la hierba el alimento que necesita tanto para crecer en profundidad durante los meses de frío, como para rebrotar en primavera .
Asimismo, los fertilizantes son importantes para reemplazar los nutrientes perdidos durante el verano. Lo mejor es que sea granulado y de liberación prolongada, rico en nitrógeno, fósforo y potasio.