​El huerto escolar como herramienta educativa

​El huerto escolar como herramienta educativa

¿Qué es la agricultura urbana?

El cultivo del huerto familiar ha sido durante muchas generaciones una actividad común, pero debido a la continua migración de la población del campo a la ciudad y la modernización de los métodos de cultivo intensivos, se ha ido perdiendo de generación en generación. Sin embargo, en las últimas décadas han crecido las iniciativas y proyectos de agricultura urbana impulsados principalmente por movimientos sociales y ambientales, con el objetivo central de aproximar a la población urbana el contacto con la naturaleza a través de actividades agrarias y revalorizar así las funciones socioambientales de la agricultura.

El concepto estricto de la agricultura urbana diverge entre científicos, pero en general entiéndase como agricultura urbana toda aquella actividad agrícola que se realice en las zonas urbanas y que cumpla funciones complementarias a la actividad rural. Los espacios y formatos de huertos asociados la agricultura urbana son múltiplos, como pueden ser huertos comunitarios, huertos privados (en balcones, terrazas, azoteas), huertos en espacios públicos y huertos escolares.

¿Por qué tener un huerto escolar?

Dentro del universo de la agricultura urbana, los huertos escolares tienen un rol fundamental, pues sirven como una herramienta para acciones en el ámbito educacional, ambiental y social. Además, es una actividad relajante y lúdica para desarrollar con niños y adolescentes de todas las edades.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) fomenta la implantación de los huertos escolares y sugiere que los estudiantes participen activamente en todas las etapas del proyecto de huerto, desde la planificación de las tareas, como durante la siembra, el trasplante, la preparación del sustrato, la observación de las plantas, hasta la recolección y consumo.

Además, los estudiantes de cursos más avanzados también pueden desarrollar otras acciones más allá del cultivo planteando múltiples actividades de forma paralela al huerto, ya sean manualidades, talleres o actividades de observación y/o experimentación.

A seguir listamos los principales beneficios de un huerto escolar en el ámbito educacional, ambiental y social:

  • Aprender a cultivar sus propias frutas, verduras y hortalizas
  • Aprender sobre uso eficiente del agua
  • Dialogar sobre biodiversidad local y en ámbito global
  • Reducción de la emisión de gases del efecto invernadero
  • Dialogar sobre preservación ambiental
  • Trabajar el tema zero waste, la reducción de uso de plásticos
  • Gestión de residuos: compostaje y vermicompostaje
  • Reforzar conocimientos teóricos de las asignaturas de ciencias
  • Promover una actividad al aire libre
  • Transmitir valores sobre la agricultura y la importancia del campo
  • Desarrollar la socialización entre los niños y fomentar el trabajo en equipo
  • Desarrollar aptitudes personales como la organización y ejecución de proyectos
  • Dar oportunidad a los estudiantes de tener contacto con la tierra y construir sus aprendizajes a partir de la experiencia
  • Construir un papel activo en nuestra alimentación y sensibilizar los estudiantes sobre temas como agricultura ecológica y sostenibilidad
  • Promover una alimentación saludable y natural
  • Fomentar el consumo de alimentos locales y de temporada
  • Incentivar la participación de la las familias por medio de acciones y días prácticos en el huerto

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¿Cómo poner en marcha huerto escolar?

En Planeta Huerto creemos que tener un huerto está al alcance de tod@s y que para ponerlo en marcha únicamente necesitamos tener claro algunos conceptos clave y después vamos aprendiendo a partir de nuestras propias experiencias.

Hay 5 claves para montar un huerto: Luz, Recipiente, Sustrato, Semillas o Plantones y Riego.

1 – Luz

Antes de cualquier cosa lo que tenemos que definir es donde estará ubicado nuestro huerto. Luz es fundamental para el éxito de cualquier cultivo, ya que las plantas necesitan de la luz solar para obtener energía a través de la fotosíntesis. Por lo cual, será a partir a partir de la disponibilidad de luz que vamos a plantear las especies aptas para cultivar en nuestro huerto.

Dentro del posible, lo ideal es ubicar nuestro huerto hacia el sur o suroeste, así podemos aprovechar al máximo la luz solar. Otro truco para aprovechar la luz es poner plantas altas de cara al norte, así evitamos que proyecten sombra sobre las plantas más bajas.

2 – Recipiente

El segundo paso para poner en marcha un huerto es decidir qué tipo de recipiente o estructura vamos a emplear. Para elegir el mejor recipiente tenemos que considerar principalmente el espacio disponible.

Existe una amplia gama de formatos y tamaños huertos que pueden encajar con las más distintas disponibilidades de espacio, como mesas de cultivo, cajoneras, huertos en escalera, huertos verticales, macetas, además, aquí podemos emplear toda nuestra creatividad y reutilizar recipientes plásticos.

Además del espacio, cuando seleccionamos un reciente también es fundamental que haya un buen sistema de drenaje.

3 – Sustrato

El sustrato es el medio donde se desarrollan las raíces y es de él que la planta absorberá los nutrientes que necesita para su crecimiento. Un buen sustrato debe aportar aireación, nutrientes y tener capacidad de retener humedad.

En el mercado hay sustratos universales de calidad que pueden ser usados, pero siempre que posible lo ideal es hacernos nuestra propia mezcla. La mezcla estándar de sustrato para huerto y jardín lleva fibra de coco y humus de lombriz en proporciones de volumen de un 60% y 40% respectivamente, pero conforme las necesidades del cultivo podemos añadir vermiculita y perlita, hasta un 10% del volumen aproximadamente.

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4- Semillas o plantones

En un huerto urbano tenemos una infinidad de opciones de hortalizas, verduras y frutales para plantar y podemos empezar a partir de semillas o plantones enraizados.

En Planeta Huerto disponemos de una amplia variedad de semillas ecológicas,plantones ecológicos y árboles frutales.

5 – Riego

El quinto y último de los pasos en un huerto urbano, el agua es el transporte de los nutrientes hacia las raíces y es esencial para el éxito del huerto. Captar agua de la lluvia en depósitos para aprovecharla en el huerto escolar es una de las mejores alternativas en cuanto a calidad del agua y sostenibilidad.

La frecuencia y la cantidad del riego son variables a largo del cultivo y son parte del aprendizaje, pero en general debemos regar cuando el sustrato empiece a secarse en la superficie.

Los tipos de sistemas de riego son innúmeros, los más comunes para un huerto escolar son la regadera convencional, riego por goteo, riego por aspersión o cintas de exudación.

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¡Cultiva tu vida!

Fuentes:

FAO – Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura

http://www.fao.org/urban-agriculture/es/

http://www.fao.org/school-food/es/

Aubert, Claude. (2003). El huerto biológico. Ed. RBA libros.

Fonte: https://www.planetahuerto.es